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jueves, 26 de junio de 2014

Comportamiento de los bebes: "Reacciones circulares"

¿Has observado que tu bebé succiona el pulgar? ¿o que produce sonidos (tipo arrullo) cuando quiere dormir. Cuando tu niño repite con frecuencia un comportamiento que se ha producido de forma casual, estamos hablando de reacciones circulares. Hoy, a través de algunos ejemplos, podrás conocer cómo tu bebé va aprendiendo.  

Piaget describió los tipos de reacciones circulares como:

Reacciones circulares primarias. (Ocurre entre el primer y cuarto mes de vida)

Durante toda esta etapa, podrás notar que tu bebé descubrirá sus manos. Esto irá de la mano con la reacción circular que te describimos a continuación.

El reflejo que tiene tu bebé es el de succión. Lo hace para poder alimentarse a través de la lactancia. Por ello, si mamá roza su dedo, o el pezón muy cerca de la boca del bebé, éste intentará girar y succionarlo.

Pero si por casualidad, el bebé que durante esta etapa tiene movimientos del cuerpo involuntarios, rozara sus propias manos o su dedito frente a su boca, también lograría succionarlo. Succionar le producirá, por ello querrá repetirlo. 

El bebé acaba de descubrir algo nuevo, pero ahora no logrará hacerlo de nuevo de manera inmediata. De forma casual, mediante el movimiento poco a poco logrará hacerlo sin mayor esfuerzo y en menor tiempo, hasta que logre llevar el dedito directamente a su boca. Son reacciones primarias porque se dan en el propio cuerpo del bebé.

Reacciones circulares secundarias. (Ocurre entre cuarto y décimo mes de vida)

Tu bebé descubrirá algo nuevo, pero esta vez ya no estará relacionado con su propio cuerpo. ¿Recuerdas cuando le das una sonaja? Durante los primeros meses, la sonaja la coge-suelta sólo por acto reflejo, posteriormente, logrará tener la intención de coger este objeto. 

En uno de sus movimientos, tu bebé descubrirá el sonido que produce su sonaja. Poco a poco, logrará coger la sonaja y sacudirla porque es un sonido que le agrada. Así, cada vez en menor tiempo, lo habrá logrado. Verás que son reacciones secundarias, porque se dan en un objeto fuera del cuerpo del bebé (este es la sonaja)


Reacciones circulares terciarias (ocurre desde el año hasta los 18 meses)

En esta etapa, el niño realizará diferentes acciones pues observará resultados diferentes. Ya no será repetitivo para obtener un resultado sino diferentes. Notarás que tu niño, al jugar con un tamborcito de juguete, lo golpeará para provocar el sonido.

Luego ya no golpeará el tambor, sino la mesa y el sonido que producirá es otro. Tal vez golpee la silla o los juguetes más próximos a él, obteniendo en cada uno, diferentes resultados que son los propios sonidos.

Estimulación musical de niños y bebés

La iniciación musical empieza en la propia casa del niño. Los padres pueden introducirle en los placeres del ritmo y los sonidos. A los bebés y los niños en sus primeros pasos les gusta mucho bailar y dar palmas. Además, los bebés se serenan si se les canta o si les tararean canciones con suavidad. Tengamos o no sentido musical, parece ser que hay en nosotros una especie de instinto que encaja con la propia capacidad del bebé para responder a los sonidos y a los movimientos.
¿Qué tipo de música le gusta a tu hijo?
Es divertido investigar qué clase de música le gustan a tu hijo. Escoge un momento en el que esté despierto, atento y mirándote admirado. Selecciona distintos tipos de música, desde clásica hasta rock, y observa sus reacciones. Al niño le agradará seguramente la música suave y fluida con una melodía definida; sin embargo, a medida que se haga mayor, seguramente preferirá canciones con altibajos, con un buen ritmo, bien marcado. Te darás cuenta de que los diversos tipos de música le atraerán en épocas diferentes.
En cuanto tu hijo sea capaz de fijarse y concentrarse en tu cara durante algo más de unos pocos segundos, a partir de las seis o siete semanas, atrae su atención entonándole canciones y ritmos; haz también la mímica. A los bebés y a los niños que comienzan a caminar, hasta que tienen edad de ir al colegio, les encanta. Prueba con las que te son familiares de tu infancia. A medida que tu bebé crezca intentará cantar contigo. Se mostrará emocionado cuando repita una o dos palabras y dé palmadas con sus manitas o se ponga de puntillas.
La educación musical temprana para el buen desarrollo del bebé
Deja que tu hijo note que puede formar parte de la música. Cuando le cantes o él cante contigo, dale palmadas en las manos y enséñale cómo puede él también dar palmas. No esperes que lo haga sin ayuda hasta que no haya cumplido un año; e incluso entonces, pasará algún tiempo antes de que consiga un sonido de palmas propiamente dicho. No importa, al animarle para que se una a ti le estás ayudando a comprender que la música es una fuente de diversión.
La educación musical temprana, es decir, en niños de 2 a 5 años, tiene como objetivo el descubrimiento y desarrollo de las capacidades expresivas, musicales y psicomotoras del niño, que permitan posteriormente la elección de un instrumento, según sus preferencias y aptitudes. La música para ellos debe ser un juego de sonidos y expresiones corporales, a través de los movimientos, la sensibilización motriz, visual y auditiva, y el contacto con las fuentes musicales. De una forma general, se trabaja con:
- El desarrollo de la voz: lenguaje y canto.
- El contacto con las fuentes sonoras a través de materiales diversos: objetos e 
instrumentos.
- El reconocimiento y la representación en cuanto a la duración, intensidad, altura, timbre, etc., del sonido.
- El desarrollo de la percepción auditiva y del pensamiento musical.
- La utilización del movimiento como medio de expresión y sensibilización motriz, visual y auditiva, para conocer el propio cuerpo, desarrollar el sentido rítmico y fomentar las relaciones sociales.






La reacción de los bebés cuando sus papás llegan a casa

     Cuando nació mi hija, me he permitido dedicar dos años íntegros a ella, para conocerla, aprender a cuidarla y a estar más con la princesa de la casa. Creo que he aprendido más con ella que ella conmigo. Una de las cosas que he aprendido con ella fue valorar las pequeñas cosas y momentos que a veces no olvidamos de su importancia. Uno de ellos, fue la de recibir con gran alegría la llegada de una persona querida. Cuando su padre volvía del trabajo, solo de escuchar su voz, mi pequeña empezaba a mover sus piernas, sus brazos, y a chillar tanto que se le caía la baba. Era emocionante!!!!!

Ahora, ya bastante mayor, ella sigue haciéndolo, pero de otra forma. Cuando llega a casa, y no está su padre, ella siempre me pregunta dónde está él. Ahora somos nosotros los que nos preguntamos dónde está ella. Somos nosotros que nos emocionamos (sin gritos ni babas, claro) cuando ella llega a casa, contándonos su jornada, sus cositas...
Que lindo es el reencuentro, los abrazos, los besos, el calor de las sonrisas, qué bonito es la sencillez del cariño... y todos los sentimientos que no se transmiten solo con palabras... Al ver este vídeo, confieso que casi me salta una lagrimita de emoción. No he podido evitar la sonrisa ni echar de menos a una etapa tan dulce y hermosa de mi bebé.
Si quieres sentir esta ternura, mira este vídeo, y ya verás que te traerá buenos recuerdos de los encuentros de tu bebé con su papá.




Reacciones del bebé ante las primeras comidas

     Comer alimentos nuevos es algo que el bebé tendrá que aprender, si bien algunos sabores le podrán ser un poco familiares porque los experimentaron por medio de la leche materna, comer los alimentos sólidos no sólo les dará un sabor más intenso sino que también la consistencia será totalmente diferente, lo cual necesitará que el bebé mastique en vez de succionar.

Normalmente, los bebés muestran desagrado al darle la primer cucharadita de papilla, este gesto no necesariamente significa que no le guste la comida sino que no reconoce ese tipo de alimento; por lo que se activará su instinto de defensa (neofobia), que consiste en rechazar el alimento nuevo. Ante esta reacción, debe insistir en la alimentación (lo cual NO significa obligarlo) ofreciéndole nuevamente el alimento, en muy pequeñas porciones (1/4 de cucharita será suficiente) hasta que acepte sobretodo la textura.

El gusto por los alimentos en los bebés podrá determinarse luego de haber probado el sabor del alimento unas 8 a 10 veces, si el bebé rechazara el alimento antes, sólo puede significar que no está acostumbrado a la textura del mismo. Los bebés tienen preferencia por los sabores dulces, por lo cual se recomienda introducir primero las frutas para que se acostumbren a la textura, luego vegetales dulcotes y finalmente los demás alimentos.

Durante esta etapa de transición es muy importante que la hora de la comida del bebé sea especial, tomándose precauciones para no tener interrupciones, contar con un ambiente tranquilo, que la persona que lo vaya a alimentar esté tranquila para eliminar cualquier motivo que pueda generar la ansiedad en el bebé. Muchas veces la expectativa que tienen los padres ante la primera comida del bebé es transmitida a éste, generando que el bebé rechace la comida con el fin de atraer la atención de sus padres.
El rechazo a la comida no siempre es falta de apetito, hay bebés que no quieren comer la comida pero si comen dulces, galletas, jugos, etc., no debe darle golosinas al bebé antes de las comidas, el azúcar y harinas que contienen les da una sensación de llenura.

Otra forma de rechazo a la comida tiene que ver con el excesivo desgaste del físico, bebés muy activos estarán muy cansados que querrán descansar antes que comer; en este caso se debe alimentar al bebé luego de la siesta. Contrariamente un niño pasivo, no tendrá mayor desgaste de energía y en consecuencia su apetito se verá disminuido; en estos casos es recomendable estimular al bebé a realizar actividades como jugar, hacer que salte con nuestra ayuda, salir de paseo porque la atención también necesita de energía; bebés más grandes pueden caminar, trepar, ir a los juegos, etc.
Los bebés y los niños son imitadores por excelencia, si ve que usted separa las arvejas en su plato y no las come, es casi seguro que sus hijos hagan lo mismo. Esta recomendación va también para los modales en la mesa.

Sea cual fuera el motivo por el cual su hijo rechaza la comida o tiene poco apetito, usted puede ayudarlo: si es un bebé pequeño que se está iniciando en las comidas, combine sus papillas con leche materna lo cual ofrecerá un sabor familiar; para bebés más grandes puede combinar los alimentos nuevos con alimentos que ya le son familiares y le gustan, o puede incluir el alimento que no le gusta dentro de una preparación, por ejemplo, si no le gusta las papas, puede espesar la crema de verduras que le gusta con papas en vez de harina.