Comer alimentos nuevos es algo
que el bebé tendrá que aprender, si bien algunos sabores le podrán ser un poco
familiares porque los experimentaron por medio de la leche materna, comer los
alimentos sólidos no sólo les dará un sabor más intenso sino que también la
consistencia será totalmente diferente, lo cual necesitará que el bebé mastique
en vez de succionar.


Durante esta etapa de transición
es muy importante que la hora de la comida del bebé sea especial, tomándose
precauciones para no tener interrupciones, contar con un ambiente tranquilo,
que la persona que lo vaya a alimentar esté tranquila para eliminar cualquier
motivo que pueda generar la ansiedad en el bebé. Muchas veces la expectativa
que tienen los padres ante la primera comida del bebé es transmitida a éste,
generando que el bebé rechace la comida con el fin de atraer la atención de sus
padres.
El rechazo a la comida no siempre
es falta de apetito, hay bebés que no quieren comer la comida pero si comen
dulces, galletas, jugos, etc., no debe darle golosinas al bebé antes de las
comidas, el azúcar y harinas que contienen les da una sensación de llenura.

Los bebés y los niños son
imitadores por excelencia, si ve que usted separa las arvejas en su plato y no
las come, es casi seguro que sus hijos hagan lo mismo. Esta recomendación va
también para los modales en la mesa.
Sea cual fuera el motivo por el cual su hijo rechaza la comida o tiene poco apetito, usted puede ayudarlo: si es un bebé pequeño que se está iniciando en las comidas, combine sus papillas con leche materna lo cual ofrecerá un sabor familiar; para bebés más grandes puede combinar los alimentos nuevos con alimentos que ya le son familiares y le gustan, o puede incluir el alimento que no le gusta dentro de una preparación, por ejemplo, si no le gusta las papas, puede espesar la crema de verduras que le gusta con papas en vez de harina.
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